El cuerpo humano permanece de pie, gracias al equilibrio existente entre todas las estructuras que lo componen. Una alteración, en cualquier nivel, influirá en el resto del organismo. La mandíbula se articula con el cráneo a través de la articulación temporo-mandibular y a través de la oclusión dental, pero para que este mecanismo funcione, es necesario que cada diente ocluya correctamente con sus antagonistas. Todas las piezas dentales deben estar en perfecto equilibrio para evitar que la articulación temporo-mandibular esté sobrecargada. Cuando el equilibrio se rompe por extracciones, por malposiciones dentales, por posiciones mandibulares hacia distal, mesial o lateral, se crea un síndrome de maloclusión que hace que los músculos de masticación se contraigan más que otros, o que el paciente muerda más de un lado que de otro a causa una atrofia muscular en el lado que usa menos y una hipertrofia muscular compensatoria del otro, causando una asimetría facial. Y cuando la mandíbula entra en desequilibrio, dependiendo de las cadenas musculares que se activan, el cráneo también tomará una posición espacial anómala, (extensión o flexión), que actuará sobrecargando la columna cervical, y en un intento de adaptación, causaría alteración al nivel de la misma, con curvaturas o rectificaciones aumentadas que darán lugar a síntomas dolorosos en el futuro.
Si se trata con analgésicos, desaparecerá, pero después de no haber tratado la causa, después de un tiempo, reaparecerá y el paciente ingresará al grupo de pacientes crónicos.
Objetivo de aprendizaje:
- El dentista debe conocer las alteraciones posturales que se producen por maloclusiones y disfunciones ATM, para tratar o derivar al profesional especializado en postura para la rehabilitación.