La anestesia local es crucial para el manejo del dolor en odontología. Se recomienda un uso diferenciado de los medicamentos. La dosis del medicamento debe calcularse con respecto al peso corporal del paciente y las enfermedades concomitantes. Las complicaciones graves pueden ser la intoxicación debido a la sobredosis y las reacciones alérgicas. Debido al efecto vasodilatador de los anestésicos locales, se añaden vasoconstrictores a las formulaciones dentales. El estándar de oro es epinefrina. Para reducir los efectos secundarios, se debe usar la dosis más baja posible. Los fármacos anti-inflamatorios, no esteroideos, son adecuados para el dolor agudo y postoperatorio. Los antidepresivos y los antidepresivos tricíclicos se usan como coanalgésicos.

Los fármacos antiinflamatorios no esteroideos tradicionales como el ibuprofeno y los nuevos inhibidores  Cox 2 son adecuados para el dolor agudo y postoperatorio. Su potencia antiflogística y analgésica es muy eficiente para los estados de dolores principalmente inflamatorios en odontología. Una alternativa en el caso de las contraindicaciones es el paracetamol. Los opiáceos a menudo no son necesarios para el dolor dental y deben evitarse si es posible debido a su riesgo de adicción. Los anticonvulsivos y los antidepresivos tricíclicos se pueden usar como coanalgésicos en el dolor facial crónico, a veces incluso en el manejo perioperatorio de los medicamentos.